¿Cómo podemos cuidar la madera en exteriores?
Los rayos UV del sol son los responsables de que la madera pierda su aspecto natural y adquiera un tono grisáceo cuando se encuentra en el exterior. Esto se debe a que el sol degrada un componente del material llamado "lignina". Además, la lluvia elimina la lignina, agrieta la madera y abre paso a la acción de la humedad.
El agua y la humedad no atacan directamente a la madera, pero favorecen el desarrollo de hongos e insectos. Así, el material termina pudriéndose si está constantemente húmedo, por eso, la madera al aire libre necesita estar protegida ante la humedad. Los materiales que pueden utilizarse para la protección de la madera pueden ser:
* fungicidas (protegen de la acción de los hongos),
* insecticidas (protegen de los insectos),
* hidrófugos (protegen ante la humedad),
* pigmentados (contienen pigmentos que protegen de la acción del sol).
La aplicación de estos materiales suele ser sencilla, mediante brocha o pincel; aunque también se puede ser por pulverización, inmersión, inyección o autoclave.
Preparación previa de la madera
Para obtener un buen acabado, es importante preparar el material previamente para su cuidado. Sobre maderas nuevas, se lijará la superficie con papel de grano grueso y luego, con una lija fina, se eliminarán las imperfecciones hasta que la madera quede suave y lisa.
El lijado siempre se realizará en el sentido de la veta y podrá eliminarse el polvo que se genere con un cepillo o con un trapo apenas húmedo. También es conveniente lijar suavemente entre las distintas manos de aplicación de los materiales, para mejorar el acabado final y la adherencia entre capas. Siempre es necesario eliminar las capas de barniz o pintura que hayan sido aplicadas anteriormente, ya que la madera necesita respirar y protegerse.